El escándalo sacude los cimientos de la política nacional. Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados y figura clave del oficialismo libertario en La Rioja, fue mencionado en el programa Argenzuela, conducido por Jorge Rial, como uno de los protagonistas ocultos detrás de la presunta estafa internacional relacionada con la criptomoneda Libra.

Según las versiones difundidas en el programa, Menem habría recibido alrededor de 15 millones de dólares, producto de inversiones engañosas realizadas por miles de personas en distintos países. Estas habrían sido alentadas por una moneda virtual que, desde su origen, habría estado diseñada como un esquema fraudulento, con el supuesto aval directo del presidente Javier Milei.

La acusación resulta especialmente grave, ya que apunta a la posible complicidad de un funcionario que ocupa una de las más altas responsabilidades institucionales del país. Rial no dudó en vincularlo con aquellos que, con pleno conocimiento de lo que ocurría, habrían ofrecido su respaldo político para legitimar una operación que terminó vaciando los bolsillos de miles de pequeños inversores.

Mientras la justicia comienza a investigar los hechos y la polémica se amplifica, la pregunta se impone:
¿Puede seguir presidiendo la Cámara Baja un dirigente señalado como partícipe de la mayor estafa cripto de los últimos tiempos?