Morgan Stanley anticipa una fuerte corrección cambiaria en Argentina tras las elecciones

El dólar podría pegar un nuevo salto en Argentina después de las elecciones del 26 de octubre. Así lo advirtió el banco de inversión estadounidense Morgan Stanley, que en su último informe proyectó escenarios con el tipo de cambio entre $1.700 y más de $2.000, dependiendo del resultado electoral y de la reacción del mercado.

Según el análisis, el peso argentino mantiene un “atraso cambiario” que tarde o temprano obligará al Gobierno de Javier Milei a aplicar una corrección para sostener el equilibrio financiero.
Morgan Stanley detalla tres posibles caminos:

  • $1.700 si el oficialismo logra consolidar su poder político.
  • Entre $1.800 y $2.000 si el resultado es ajustado.
  • Más de $2.000 en caso de una derrota contundente.

El reporte advierte que, aun con el reciente swap de US$ 20.000 millones firmado con Estados Unidos, la escasez de reservas y la incertidumbre política seguirán presionando al tipo de cambio. “El objetivo principal será acumular divisas y mantener la estabilidad nominal, pero el ajuste parece inevitable”, resume el documento.

La advertencia resuena en un clima de alta volatilidad y trae recuerdos del 2019, cuando tras las PASO que anticiparon la derrota de Mauricio Macri, el dólar saltó más del 25 % en dos días y desató una corrida que selló el final del gobierno de Cambiemos.

Hoy, el escenario no es muy distinto.
Los analistas locales coinciden en que las expectativas de devaluación crecen al ritmo de una brecha cambiaria cada vez más amplia, un Banco Central con controles férreos y un poder adquisitivo en caída. A eso se suma el riesgo de una inflación recalentada hacia fin de año, que podría empujar todavía más el precio del dólar paralelo.

La gran incógnita no es solo a cuánto llegará el billete verde, sino qué impacto tendrá una nueva suba sobre los precios, el consumo y la producción.
Con una economía exhausta por el ajuste y el congelamiento del gasto, Argentina vuelve a enfrentarse a un viejo fantasma: el de una corrección cambiaria que puede redefinir el rumbo del país después de octubre.